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Estos diez años han sido un viaje increíble, un viaje tejido con amistad, música, ideas, sueños, conversaciones, ... Será emocionante seguir viajando los próximos años.
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De toda la vida, el timbre del saxo ha sido mi preferido de todos los instrumentos musicales y hace unos pocos años decidí acercarme a su estudio. Frecuentando los conciertos de la escena madrileña, tropecé en Bogui Jazz con una llamativa propuesta: la Walter Sax Big Band, big band integrada casi en exclusiva por saxos. Qué bien estaría poder formar parte de algo así...
Un buen día vi que había una plaza libre en la escuela y con más ilusión que calidad, me planté delante de Walter y le dije: ¿Podemos hacer algo? Walter es un tío irreprochablemente respetuoso, por lo que me escuchó. Iniciamos unas sesiones de clase y, finalmente, una vacante en la WSA Big Band me ha brindado la oportunidad de subirme a este carro, tan bonito y estimulante. Walter es minucioso y exigente, a la vez que habla un lenguaje que desmenuza los problemas para ponerles solución. Un enseñante extraordinario: exige y pone medios para lograr los objetivos. |
Onaney Gómez Álvarez |
1 año |
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En un año como alumna de Walter creo que he mejorado bastante dentro de mi nivel, simplemente viendo lo que era capaz de tocar el año pasado y lo que puedo tocar ahora. Tiene mucha paciencia conmigo y a la vez me motiva, cosas que le agradezco mucho dado mi acercamiento a la música ya de adulta.
Su propuesta de entrar a formar parte de una big band me pareció demasiado al principio, pero lo cierto es que mi motivación ahora es mucho mayor: he encontrado compañeros maravillosos para compartir mi ilusión por la música y aprendo mucho en muchos sentidos. |
Ramón Espinosa García |
10 años |
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Le estoy muy agradecido a Walter y a su escuela, en primer lugar por enseñarme lo que es la música y el saxofón, ya que no tenía ningún conocimiento de nada y también por la enorme paciencia que ha tenído enseñandome desde mis 55 años hasta el día de hoy. En todo este tiempo me ha dado vida, entusiasmo y me ha enseñado a amar la música.
Es un buen maestro y profesional, sus alumnos son todos maravillosos. Todos los calificativos para sus clases y las actividades que ha estado organizando para nosotros en todo este tiempo, serían pocas. |
Juan Hernández Capa |
2 años |
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Como veterano ya, superadas todas mis expectativas como partícipe en la WSA Big Band (aprender, progresar, disfrutar, resultados...), ahora la siento como una rutina semanal imprescindible.
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Sol Fernández |
7 años |
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Walter me descubrió en el maravilloso mundo de la música y del precioso saxofón, de la responsabilidad de estudiarlo pero sobre todas las cosas, de disfrutarlo. Su modo de enseñar transmite sabiduría y paz, sabe cómo transformar la frustración que todos sentimos cuando no nos sale unas notas, en ganas por seguir aprendiendo. Más adelante, me ayudó a poner en práctica mi carrera universitaria, en un ambiente único. Trabajar rodeada de tantos profesionales y tan buena música me abrió la mente de una forma que nadie creería.
Me ayudó a formar parte de un cuarteto, de demostrar a un público cómo el esfuerzo se transforma en maravillosas notas, que cobran sentido sólo si nos ayudábamos todos los integrantes. |
Jose Angel Gomez |
5 años |
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Hace ya cinco años tuve la suerte de oír hablar muy bien de un tipo que daba clases de saxo, lleno de paciencia y entusiasta de nuevos retos. Los tres datos fueron ciertos.
Desde entonces Walter me ha enseñado en su escuela a disfrutar de la música y del saxo, tanto con sus clases, como por haberme empujado a formar parte de su segunda big band, donde he podido conocer muchas personas con la misma afición para el saxofón. Para mí era impensable formar parte de un grupo así, con quienes he podrido compartir grandes momentos de música y también personales. |
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Ilusión, compañerismo, aprendizaje y profesionalidad... Algo de lo que encontré cuando empecé con la Walter Sax Academy.
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Manolo Prieto |
5 años |
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Los que hemos empezado muy tarde el aprendizaje de la música y del saxofón, sin ningún conocimiento previo ni tan siquiera de lo que era un pentagrama –en nuestros años escolares no existía aún la asignatura de música-, hemos ido sacando tiempo del que no disponíamos para asistir a las ya casi extintas Escuelas Municipales de Música -cuando eran públicas y a unos precios inmejorables-, hemos ido buscando profesores particulares en función de nuestra compatibilidad horaria y de los pocos conocidos comunes que nos decían algo bueno de ellos, nos hemos inscrito algún año en alguna escuela privada de música por la que pagábamos una barbaridad, hemos acudido a alguna master class o a algún curso de verano..., y así hemos estado deambulando mientras conocíamos a innumerables profesores y estudiábamos nuestro instrumento casi a salto de mata. En este recorrido, un día encontré un anuncio de Walter que pedía músicos -aficionados o profesionales- para una big band. Llamé por teléfono, quedamos para vernos y hablar de cómo podría ser mi participación... y acabé decidiendo dar clases con él. Esto ocurrió hace unos 5 años, no recuerdo exactamente, pero lo que sí recuerdo con absoluta claridad es que la manera de hablar de Walter, de intercambiar información, de mostrarme su disposición a adaptarse a mis necesidades en ese momento, la amabilidad, naturalidad y paz que transmitía me hicieron pensar que aquel profesor podía ser diferente a la gran mayoría, que con él las clases se podrían convertir en momentos de disfrute y de avance con el saxo, que seguramente me iba a encontrar cada día que le viera con una buena persona que me iba a escuchar atentamente y a hablarme con el sosiego y el espíritu positivo que requiere el aprendizaje de un instrumento. Y así ha sido sin excepción durante las muchas clases que he dado con Walter en estos años, y también durante los ensayos que he realizado con él como sustituto en sus big bands. Walter es, ante todo, una persona que transmite paz y ahuyenta la ansiedad, que te hace amar y disfrutar de tus avances y no dramatizar tus fallos. Por eso, cinco años después sigo yendo a sus clases con la misma ilusión que el primer día. Una Academia así es un lujo que hay que valorar. |
Oscar Del Vecchio |
6 años |
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Te felicito, Walter, por tus 10 años en Madrid, y quiero decirte que me alegra mucho haberte conocido porque eres un gran Maestro, un excelente Músico y Creativo; más no se puede pedir, y ademas una gran Persona.
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Inocencio Belmonte |
5 años |
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Walter es un gran maestro, una buena persona y sobre todo, es muy paciente conmigo.
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Ellos representan el modelo y la filosofía de nuestra escuela.
Más de 50 alumnos ya han grabado sus propias piezas en estudio de grabación.
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